jueves, 28 de octubre de 2010

...Y A MÍ SE ME CAYÓ EL LLANTO




Allí estaba con su vida terminada,
con dos lirios acechando sus ojeras.
Todo el luto se salió de mi mirada
al sentir su cuerpo inerte entre la cera.


Y a mí se me cayó el llanto por la cara
sintiendo su pinchazo en mi quimera.
Las sombras invadieron nuestra casa
Mi abrazo fue su féretro de seda.
Ya se fue su dulce aroma de las sábanas.
Son pañuelos en las noches, de mi pena.
Aún espero su caricia en las mañanas
y despierto desolado entre la niebla.

Y a mí se me cae el llanto por la cara,
saliéndose de mí mi vida entera.
Calciné aquella pasión desesperada
con el fuego de su adiós que me atormenta.
No hay pomada que me cure de esta llaga.
Ya no sirven las palabras lastimeras.
La postilla me la arranco con mis lágrimas.
Esta herida para siempre estará abierta. 

Y a mí se me cae el llanto por la cara
consumido por los años y la espera.
Su nombre será mi última palabra
y su amor… lo último que sienta.





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