miércoles, 13 de octubre de 2010

HOY TE VOY A REGALAR PALABRAS

    Cariño, te voy a regalar hoy palabras, esas que he ido coleccionando a lo largo y ancho -sobre todo a lo ancho- de mi vida.
    HONESTIDAD... porque me gusta que me identifiquen como un gran acusica de mí mismo, no aparentar ni hacer creer lo  que no soy.
    AMABILIDAD... porque me parece genial que una sonrisa y un buen gesto metamorfosée de una manera brutal al ser más arisco -aunque a veces no haga efecto en ciertos satálites dueños de bares debajo de la casa de uno-
    CORTESÍA... porque creo que a todos  nos gusta ser mimados en algún momento, ser atendidos con exquisitez, eso empapa el alma de muchas defensas, sobre todo en contra del hastío.
    EMPATÍA... porque ponerse en el lugar de la otra persona exige de nosotros tiempo de calidad, atención franca y una palabra de estímulo en el momento que más nos necesitan, exactamente lo que quisiéramos que hiciesen con nosotros.
    PACIENCIA... porque si desarrollamos esta cualidad vamos a valorar mucho más aquello que deseamos, precisamente por el trabajo que nos ha costado conseguirlo.
    TOLERANCIA... sin ella aún estaríamos viviendo bajo mentes totalitarias, nuestra libertad sería menguada, y aún estaríamos sufriendo la incomprensión de homófobos y xenófobos y las personas no podrían tener el credo que han escogido tener. Creo que lo mejor es amar a la persona, indistintamente si es prostituta, homosexual, de un país de los llamados torpemente, tercermundista o no profese nuestra misma fé.
    BONDAD... porque si la tenemos bien atrincherada a nuestro ser, seremos incapaces de hacer críticas malintencionadas de nuestro semejante, nuestra mirada y nuestra voz serán inspiradoras de paz y seremos personas cercanas, incluso con desconocidos.
    HOSPITALIDAD... no se es hospitalario sólo acomodando a amigos y familiares en casa. El que es hospitalario se desvive por el bienestar de sus invitados, no quiere que les falte de nada, se informa antes de los gustos de los que van a venir, se acuestan en el suelo si es preciso antes de que un invitado esté más incómodo que uno. Nunca debe estar uno más cómodo que un invitado. Por supuesto, que ser hospitalario también conlleva el tener perspicacia y sentido de la medida para no permitir conversaciones que ofendan al invitado, tenemos que hacer que se sienta como la estrella de la reunión, como lo que es, como el agasajado de la noche.
    GENEROSIDAD... lo que el corazón contenga eso es lo que va a exteriorizar, ya sea en un obsequio o en apartar tiempo para nuestros seres queridos. A veces un regalo hace más efecto cuando no se espera, en un día normal, que en fechas señaladas, como un ramo de flores, una canción, un poema, hacer una visita y pasarse uno la tarde con esa persona, preparar ese guiso que tanto le gusta, pensar en él o ella y telefonearle... La generosidad puede ser genética, pero también se aprende, es algo adquirible, que se puede adoptar mediante contagio. Es como una palabra lanzada en una hilera de montañas: vuelve a nosotros en forma de eco.
    ORGULLO: no hablo del orgullo ese vinculado a la soberbia, no, sino enorgullecerse uno de las cualidades y aptitudes de las personas aunque ni las conozcamos, complacerse en ese escritor que causó en nosotros momentos llenos de ternura y emoción en la lectura de su última novela;  sentirse feliz porque nuestro ser amado posea tantas cualidades y llegue uno a admirarle hasta el límite de casi pedirle un autógrafo...
    AMOR. He querido dejar esta palabra para la último, ya que considero que es la más importante de todas las palabras inventadas. Si tenemos esta cualidad, las demás tambien. Es como si fuese la carpeta de un asunto y las demás cualidades fueran las subcarpetas. Existen varias clases de amor: el amor ágape, que es el amor de Dios, el eros, que es el que le debemos a nuestro cónyuge y el filial es el que damos a nuestra familia y amigos. También está el amor propio, que si carecemos de él en su medida justa, no estaríamos capacitados para amar a nadie de una manera equilibrada. Y lo he dejado para lo último, porque de todas las palabras que te he estado regalando hoy, esta es la que hace que tú y yo seamos tan felices, tengamos tantos proyectos, tantas expectativas, ese camino que estamos preparando, quitando los obstáculos y asperezas para poder recorrerlo juntos a lo largo de nuestra vida.
    Sí, hoy me siento regalador de palabras, y sabes? todas son para ti. Cuando uno regala palabras al ser amado es como si se regalara café, dulces, flores, un viaje, una cena en un bonito restaurante... porque son regalos para compartirlos los dos. Así que sin darme cuenta, resulta que yo también me he regalado las palabras, mis favoritas...
    Y todo, porque te amo.
    Tuyo, 
    Manolo.

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