martes, 12 de octubre de 2010

TU VOZ

Me traspasa enteramente el corazón.
La llevo en el jugo de mis huesos.
Es más poderoso que tus besos
el arroyo inacabable de tu voz.

Mi piel toda se me pone en erección.
Vibro, gimo, lloro, tiemblo,
vivo, muero, canto, sueño...
No puedo deshacerme de tu voz.

Está adherida a mí con todo empeño.
En anhelos se me torna la razón
cuando triste yazco solo en nuestro lecho.

Y entonces se me encoje la emoción
tratando de evocar esos tequieros
que salen, sempiternos, de tu voz.

Fuengirola, 21 de agosto de 2009

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