martes, 12 de octubre de 2010

SU NOMBRE SE QUEDÓ OLVIDADO

De bruma y salitre mojado.
Sin taparme la cara si quiera
voy por la playa llorando
como lloran las sirenas.
La tarde es de plomo morado
lo mismo que mis ojeras.
Hasta el color de mis labios
se ha vuelto como la cera.
Lo mismo que un vientre castrado
de mi voz sólo nace la pena.
Ya ni sé si es amor o es espanto
el veneno que corre en mis venas.
Voy caminando descalzo.
Mis pies son murmullos de arena.
A lo lejos advierto ya al faro
con su luz amarilla en su lengua.
El rugido del mar me ha empapado.
Quiero ser flor de sal en su acera
y deseo quedar deshojado
como un árbol que se muriera.
Las manos que me tocaron
me rompieron las caderas.
Ya no puedo seguir andando.
Su maldad me ha dejado sin fuerzas.

Su nombre se quedó olvidado
y perdido entre las piedras.
a pulso se lo ha ganado.
Ahora soy yo el que está y el que cuenta.
Seré carrusel y caballo,
agua viva y flor sedienta,
el eterno enamorado
de esa fiel que a mí me quiera.
No malgastaré ni un rato
por quien no vale la pena.
Atrás se quedó el quebranto.
De nuevo se abrió mi puerta.
Saltaré lo no saltado.
Alcanzaré las estrellas.
Soy cristal recién lavado.
Ya no existen mis tinieblas.

Málaga, 27 de enero de 2006.


 

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