martes, 12 de octubre de 2010

ROMANCE DE MIS MANOS

Mira cómo tengo las manos
queriendo buscar tu boca,
sonámbulas en la noche,
tropezando como locas
por el pasillo y la sala,
por el zaguán y la alcoba.

Mira cómo languidecen.
Se sienten muertas y solas.
Sin sangre que las caliente
se apagan como farolas.

Mira cómo las tengo,
girando como una noria
queriendo alcanzar la acera
donde dibujas tu sombra.

Mira -¿las estás viendo?-
Mira cómo me lloran
al escribir tu nombre en el aire.
Son dos pabesas sin forma.
Son dos racimos de espuma
que se pierden en las olas,
dos estrellas sin tu cielo
que se enfrían sin tus horas,
dos corazones sin pulso,
dos sirenas que se ahogan.

Mira cómo están sedientas
sin tu besos, sin tu aroma...
sin tu sonrisa al tocarlas,
sin la verdad de tu boca,
sin la brisa de tus labios
al sentirlas calurosas,
sin la trenza de tus dedos,
sin tu anillo y sin tus rosas...

Mira, amor, cómo esperan
que se mueran tus congojas,
cómo reviven de pronto.
Son dos yeguas que galopan,
lazarillos que te guían
en tus veredas inhóspitas,
abogadas de tu culpa
en condenas sin mazmorras,
nodrizas para tu insomnio,
alarmas en tu zozobra.

Mira cómo están mis manos.
Mira, cómo están ahora:
Están llenas de tequieros,
de los besos de mi boca.

Fuengirola, 19 de abril de 2006

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