viernes, 29 de octubre de 2010

...Y MIS BRAZOS QUEDARON EXTENDIDOS

Cuando tu silencio se rompió,
cuando tu ausencia me mató,
cuando la desesperanza me hastió
y todo yo se llenó de sombras...

Cuando la vida me hacía daño,
cuando cada mañana amanecía
y tenía que soportar un día más sin ti
y mi corazón latía por latir...

Cuando tu voz enmudeció en mi recuerdo,
cuando tu sonrisa se convirtió en invierno,
cuando tu mirada ya no me veía
y mi garganta dejó de llamarte...
tú surgiste en la madrugada
embriagado de amor,
del deseo de ofrecerte todo entero
y mis brazos quedaron extendidos en la noche sin ti,
pero gritando por tu piel.

Ya las mañanas me hacen sonreir,
ya vuelvo de nuevo a sentir
que la Vida es mi aliada, mi cómplice
y de nuevo mi garganta
se llenó de canciones
y mi rostro volvió a tener luz,
la luz de la esperanza que me ofreces.

La eternidad es poco tiempo,
toda una vida no es suficiente,
necesito más, mucho más,
para estar contigo
y contar tú y yo juntos
los pétalos ardientes de nuestros besos.

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