lunes, 11 de octubre de 2010

PRONTO LE TENDRÉ CONMIGO

Voy recogiendo en la noche
las estrellas de los charcos
y me las pongo en el cuello
como un collar de amarantos.
 
Pronto le tendré conmigo
y la luz se hará en mi cuarto,
con espliego y hierbaluisa
dulcemente perfumado.
Mis ojos tendrán sus ojos.
Sus labios tendrán mis labios.
Mi cuerpo tendrá su cuerpo.
Sus manos tendrán mis manos.
Y tendremos la locura
de dos niños asustados
en las sábanas de lino
de mi lecho enamorado.
Abriremos las ventanas
y nos iremos volando
con alas de cristal y espuma
y firmemente agarrados.
Hablaremos con la luna,
con el astro más lejano.
Cantaremos, dando gracias
el más bello de los cánticos.
Pediremos a la luna
que nos siga iluminando
en estas noches de enero,
con su rayo nacarado.
Y luego, ya de regreso
nos seguiremos amando.
Cerraremos nuestros ojos
y seguiremos soñando.
 
Pronto le tendré conmigo.
De nuevo tendrán mis manos
su piel de crepúsculo rubio
y sus rosas nuevas en un ramo.

20 de enero de 2006.

No hay comentarios: