viernes, 29 de octubre de 2010

PORQUE SOY MARIQUITA

    Ahora un poema que escribí hace tiempo, dedicado a todos esos homosexuales que se les nota a la legua que lo son. Ellos son diana de los dardos de esa gente sinvergüenza, que disfruta humillándolos, de esa gente que luego sufrirán penas en sus vidas, porque la Vida siempre paga con lo que uno hace.
    Existen homosexuales que son muy "tíos o machotes" en apariencia y se salvan de la quema, siendo más mujeres en la cama que quizás uno con mucha pluma. Ahí van esas palabras escritas con toda la solidaridad de mi alma:

Si no me gustan las chicas
ningún mal hago por eso
¿o es que por ser mariquita
debo aguantar tus excesos?
Excesos en maltratarme,
en decir de mí, maldades,
en mofarte por la calle
de mi voz, de mis andares,
de la ropa que me pongo,
sin pensar que tengo madre.
A sus oídos un día
le viniste con mi "falta".
Ella de más lo sabía.
No tenías que decir nada.
Pero a solas se moría
de pena, por tu veneno.
Te quedarías tranquila
después de escupir tu cieno.
¿Qué mal te hago yo a ti, dime?
¿Qué mal hago yo a nadie?
Sólo puede redimirme
quien me quiere, con su sangre,
quien defiende mi postura,
quien acepta mis bondades...
¿Y tú eres voz cristiana,
que no se te olvida una salve,
ni una misa, ni un rosario
para luego criticarme?
Guarda tu misal y relicarios.
Tíralos al fuego si es preciso.
No te salvarán para tu cielo
ni tu falsedad ni tu cinismo.
Deja de asistir a procesiones.
Quítate la peina y la mantilla.
Mientras existamos maricones
estará tu ataque en la mirilla
acechando siempre mi pecado,
maltratando día y noche y con vigilia
cada cosa que digo y hago,
todas mis entradas y salidas.
Negro buitre tú eres,
que a  tu gente inculcas ira
contra mí, por diferente.
Y yo te bendigo encima.
Porque no permitiré
que en mí siembres tu odio.
Seguiré con buena sangre
para apagar tus enconos.
Quiero conseguir de ti
lo imposible, qué se yo...
Todo menos despreciarte.
Soy cristiano por los dos.
Así que deja ya tu lengua quieta
y descansa un poco de tu ataque.
Todos vivimos en la misma Tierra
y nadie saldrá de ella:
ni tú, ni yo, ni nadie.

 

No hay comentarios: