miércoles, 20 de octubre de 2010

NO VAYAS A CREER

No vayas a creer que todo está perdido,
que tu vida es como un telón a punto de cerrarse,
como el estribillo final de una canción,
como el último haz de luz del ocaso.

No lo vayas a creer

No vayas a creer que tu voz se callará,
que la ternura de tus ojos no seguirán
dando paz a tus amigos,
que tu oración no será escuchada.

No, no vayas a creerlo nunca.

No vayas a creer que tus pasos han cesado ya,
que no serán de trampolín
al ávido de Dios, para hallarlo,
que las alamedas no se volverán a engalanar contigo,
con tu elegancia de damita francesa
y tus aires de bohemia.
No te lo consiento.
No consiento que dejes de creer en la vida,
en la que te tienes que aferrar
como el koala al eucalipto,
como el cielo al horinzonte,
como el sol al oeste.
No te vayas a creer que yo no estoy contigo,
que no te siento metida en mí como mi pulso,
como mi latido sereno,
como el fluir de mi sangre,
como el aire que respiro.

No vayas a creer que perderás.

Tienes que seguir siendo
la mejor postora en esta subasta,
ser tú quien gane, cueste lo que cueste,
no permitir que nada ni nadie
se interponga en ese empeño.

No vayas a creer que todo está perdido.
No, no lo vayas a creer.

Fuengirola, 8 de mayo de 1999.

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