martes, 12 de octubre de 2010

A MÍ ME LLAMAN ESDRÚJULO

Con este sentir poético
hablo siempre lo verídico.
Me gusta lo filosófico
así como lo más místico.
Siempre huyo de lo irónico,
pues me parece feísimo
que a costa de un anoréxico
algunos se rían muchísimo.
Soy muy próximo y legítimo,
aunque a veces sea frenético
y otras tantas muy pacífico.

Huyo siempre de lo excéntrico
y de todo lo antipático
gusto más de lo humorístico
y también de lo dramático.
Me gusta el jamón ibérico.
Los demás saben a plástico.
Me gusta lo gastronómico
aunque luego mis jugos gástricos
necesiten un antídoto
y algún elixir balsámico.
A veces, el farmacéutico
se queda más bien atónito,
pues me prefiere esquelético,
calavérico y anímico
en vez de tan calórico.
No me parece lógico
que teniendo tan buen estímulo
en mi paladar periódico
yo considere epidémico
los manjares biológicos.
No puedo quedarme estático,
-sería para mí fatídico-
entre manjares acuáticos,
sean fluviales o marítimos.
Creo que es más benéfico,
espléndido y honorífico
comerse una buena albóndiga
que presumir de guapísimo.
Todo esto es tan caótico,
y creo que tan ilícito
que prefiero irme a Mónaco
que presumir de raquítico.
No tengo perfil helénico,
ni tampoco soy altísimo,
ni figura fotográfica,
ni voy de modernísimo.
A mí me llaman Esdrújulo.
(No será por mi retórica)
Pues me parece ridículo
que mi prosa no sea histórica
ni que nunca se haga público.

Fuengirola-Málaga, 28 de abril de 2002.

(Nada que un día me dio por ahí, jajaja)

No hay comentarios: