viernes, 29 de octubre de 2010

LA VERDAD ES ACEITE

    A continuación quisiera dejaros un pensamiento que tuve en la tranquilidad de esta tarde lluviosa, de esta tarde de domingo fría y gris:

    La Verdad es aceite que calma las heridas,  pero si la aceptas, esa misma verdad puede convertirse en espinas que se claven en tu excepticismo, en tus intereses creados por verdades humanas, en tu convencimiento de que tu derrotero es el más óptimo, sin tomarte un sólo minuto para analizar otra opinión -quizás por temor a que ésta ahogue la tuya con la lógica y ver rotos todos tus esquemas-.
    Lo más honesto es escuchar, atender, y luego investigar por si resulta que estamos equivocados y por consiguiente, perdiendo el tiempo. No debemos temer que nuestro orgullo salga mal parado, porque, después de todo, ¿qué es eso, el orgullo...?
    Si realmente queremos ayudar, empecemos con nosotros mismos, empapémonos de la Verdad, de su esencia y reguemos a nuestro semejante con ella. Seguramente vendrán cuervos a nuestro encuentro que intenten picotear nuestro corazón para comerse la buena semilla sembrada, pero si lo hallan con reservas bien atrincheradas se irán y no lograrán nada.
    Seguramente hallaremos obstáculos, caminos llenos de piedras... pero eso no debe acobardarnos, si sabemos que al final de nuestra tribulación nos espera la Vida.
   Es posible llegar si nos adherimos a la Luz de lo aprendido y no fragmentamos la Verdad con nuestras verdades.

    Fuengirola, 4 de noviembre de 2001.

No hay comentarios: