jueves, 28 de octubre de 2010

LA ÓPERA ES SUEÑO

    Este escrito que os voy a poner a continuación está dedicado a mi querida amiga Otilia, una gran soprano, una gran poeta, pero como persona y como amiga no encuentro calificativos. Así es ella.


    Una noche te acostaste y al quedarte dormida tus deseos se metieron en tu sueño.
    Estabas en la Scala de Milán detrás del rojo telón de terciopelo.
    Tú ya estabas preparada, ataviada con aquel precioso vestido blanco victoriano y con tu cara exageradamente maquillada, como mandan los cánones del teatro.
    Podías oír el murmullo del público y los músicos probando sus instrumentos. Allí permanecías sola espe- rando a enfrentarte con un aria. Tus piernas apenas podían sostenerte, al igual que le ocurría a Violet -la heroína que estabas a punto de encarnar-.
    De pronto se oyó un apoteósico aplauso dirigido al director de la orquesta que acababa de aparecer. Luego comenzó a callarse el murmullo de la gente, por lo que dedujiste que las luces del teatro ya se apagaron. Todo quedó en silencio.
    En tu estómago nacieron palomas, pero apenas lo advertiste cuando, de pronto, comenzó a sonar el preludio de tu canción. Cerraste los ojos y tu rostro pudo sentir la brisa del pesado telón que subía con gallardía. Tu mente y corazón estaban dominados por la melodía que acariciaban tus oídos. De tu garganta comenzó a brotar una cascada de ecos y arpas, entonces tus ojos se abrieron y notaste que no estabas sola, podías sentir los latidos de cada una de las personas que te estaban escuchando.
    Los focos que te iluminaban impedían ver sus rostros, pero podías sentir que lloraban con la misma pena que sentía Violet.
    La mañana llegó y tu rostro se apagó cuando notaste que tu público no era más que tu muñeca, pero tu garganta comenzó a cantar y a cantar y te hiciste mayor y tu sueño se hizo realidad.
    Pudiste sentir la calidez del público y la fresca brisa del telón al subirse y las palomas en tu estómago. Ahora ya puedes ser, no únicamente Violet -aquella pobre tísica que moría de amor- sino también Julieta, Desdémona, Marta o hasta la mismísima Cleopatra.

     El 13 de enero de 2005, Otilia se durmió en la muerte tras una larga enfermedad.

    Siempre estás conmigo, mi niña preciosa.

No hay comentarios: