L evanta falsas palabras.
A rrastra a la víctima al dolor.
M engua la confianza.
A laba al malhechor.
L acra al inocente.
A rruína el candor.
L amína los corazones.
E njuicia hasta el amor.
N unca rectifica.
G rita mentiras al Sol.
U ngüento de mescolanza.
A roma de desazón.
A rrastra a la víctima al dolor.
M engua la confianza.
A laba al malhechor.
L acra al inocente.
A rruína el candor.
L amína los corazones.
E njuicia hasta el amor.
N unca rectifica.
G rita mentiras al Sol.
U ngüento de mescolanza.
A roma de desazón.
Es cierto, un órgano tan pequeño y qué daño puede ocasionar cuando lanza un falto testimonio, destroza una buena reputación labrada durante toda una vida. Pero siempre la vida endereza los asuntos y la Verdad tarde o temprano sale a flote, es como una miga de pan, por mucho que la queramos hundir, siempre acaba flotando en el agua. Una mala lengua te puede enemistar con la gente y granjearte mucho vituperio, pues pone en tela de juicio tu veracidad, tu buen hacer y tu bondad. Una mala lengua te hace ver a ciencia cierta quiénes son tus amigos verdaderos, y quiénes son lo que lo han sido de pacotilla.
Quien sea blanco de una mala lengua...las lleva claras, pero al mismo tiempo uno se libera de gentuza que comenzaba a introducirse en el círculo de amigos de uno. Uno comienza a limpiar la casa de todo lo que la estaba ensuciando, y créanme, amigos: qué gustazo entra al ver que la casa está como los chorros del oro, libre de tantos microorganismos y bacterias, incluso hasta el felpudo de la puerta de casa carece de cualquier rastro de antaño.
Una mala lengua es como un escorpión: ella misma acaba envenenada por su propio aguijón.
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