martes, 12 de octubre de 2010

FUERON TRES GOLPES CERTEROS

Fueron tres golpes certeros:
tu mentira, tu adiós y tu olvido.
Te pedí volver conmigo
lo mismo que un pordiosero.

Fueron tres golpes certeros
y fui soledad y martirio.
Luego vino mi delirio
y mi muerte en tu veneno.

Desde entonces voy vestido
como visten a los muertos:
sudario de blanco lino.

Ya se acabó mi camino.
El beberme tu desprecio
me ha servido de cuchillo.

Fuengirola, 20 de abril de 2006

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