lunes, 11 de octubre de 2010

EL PUENTE DE LOS MORENOS

El Puente de los Morenos.
Antro de periferia.
Habitantes de ojos muertos.
Catadores de miseria.
Están apartados, bien lejos,
como infestados de lepra.
Los niños son como viejos,
no corretean ni juegan.
Las mujeres son estiércol
expandido que pisotean.
Van preñadas de silencio
como lechuzas sin lenguas.
Los machos son los que mandan,
los que manejan las riendas,
los que hieren a su antojo
con sus malditas espuelas.
Mala hierba es la que venden.
Mala hierba es la que siembran.
Contrabandistas de la muerte.
Aguijones de tristeza.
Ponzoña que nadie quiere.
Brebaje de decadencia.
La palabra "redención"
nunca la toman en cuenta.
Aunque pueden hallar la luz
sólo besan las tinieblas.
No estrechan las manos blancas.
Sólo rozan aquellas
que están sucias de lo ilícito.
Qué gente tan aviesa.
El Puente de los Morenos.
Calle oscura sin macetas,
sin faroles encendidos,
sin gente sentada a la puerta,
sin fragancias de verano
ni muros con madreselvas.
Barrio olvidado por todos
y tan presente en la niebla.

3 de marzo de 2000

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