lunes, 11 de octubre de 2010

CUANDO CAIGAS

Cuando el dolor permanezca
después de las lágrimas...
Cuando el corazón se te oprima
salmodiando rencores...
Cuando se te acumule el encono
en tus febriles sienes
y estalle todo el grito de una vida...
Cuando ni la mano de un niño
enternezca tus heridas,
ni el abrazo de un amigo te diga nada...
Cuando no sientas el calor de un beso
y te envuelvas todo entero en soledad,
reprochando tus tristezas a la vida,
dejando desangrar tus ilusiones,
no sepultes tu esperanza todavía,
empieza de nuevo una vez más.
No te quedes en el suelo
y llora conmigo, ríe conmigo tu recobro.
No estés dando la razón al que se pudre
en su propia suciedad acumulada.
No le mires, no le toques
para no mancharte tú con su basura,
con su lengua de serpiente trasnochada.
Entonces, fluirán como el incienso
perfumando las alcobas de tu casa
y en tu ventana crecerá, al sol creciente,
la blancura del amor en tu mirada.

Fuengirola, 1 de octubre de 1996.
 

No hay comentarios: