No, no eres de espuma,
ni de aire estás hecho.
Eres como el sol y la luna,
coranonado de luceros.
Cuando viene mi amargura
siempre estás en mi recuerdo
y mis lágrimas se esfuman,
reteniéndote en mi adentro.
Eres fiebre y calentura,
la cal misma de mis huesos.
Eres carne y coyuntura,
boca viva de mis besos.
Málaga 13 de mayo de 2008.
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