miércoles, 13 de octubre de 2010

ANTONIA LA PANDERETA

    Hay que vé cómo está la vida... El otro día voy a una entrevista pa un trabajo que ví en el periódico pa relacione pública y cual no fue mi sorpresa, cuando al encontrarme en lo que yo creía que era un hoté, aquello resultó ser una mancebía, sí, aquello mismo que cantaba Conchita Piqué cuando desía: (cantando) “Apoyá en er quisio de la mansebíaaa”, en otras palabra: una casa trato, un burdé. Pero yo no me enteré de ná hasta que no me lo dijeron bien clarito, que una es mú boba todavía.
    -Buena, es aquí donde nesesitan a una mué pa relasione pública?. –pregunté a una mué de unos 50 año, mú guapita ella, pero con una cara de sabé el latín que ni se imaginan ustede-
    -Hola cariño, pues la verdad, no, lo que en el periódico debían haber puesto es “Se necesita una mujer para RELACIONES PÚBICAS” pero ha habido por lo visto una errata a la hora de imprimir el anuncio.
    -Ah, po eso no lo he estudiao ni tengo experiensia ni ná... así que tenga usté mú buenas tardes.
    -Un momento, un momento –me dijo aquella tipa con vó aguardentosa. –Sabe usted lo que le voy a pagar por trabajar para mí? Nada más y nada menos que 6.000 euros al mes.
    A mí me entró una cosa, una cosa a mí me entró, que las piennas empesaron a menearse de tal manera que paresía que en vez de querer yo caminá estaba bailando la samba.
    -Pero señora, cómo puede usté pagarme tal cantidá de dinero, si yo en lo que soy una experta es en las RELACIONES PÚDICAS, que hasta en la playa llevo el jersey de cuello alto, cómo se cree usted que yo voy a ponerme delante de nadie, con menos ropa que la maja de Goya? Ni hablá del bisoñé (digo, del peluquín). Es que me ha visto usté cara de queré cantá LA BIEN PAGÁ? Pues se ha equivocao totalmente de persona, así que queése usté en su casa que yo me voy a la mía con la cara mú levantá.
    Y me fui, dejándola con la boca más abierta que la bicha que salía en EL LIBRO DE LA SELVA.
    Nada, que aquí como una no esté un poquito espabilá la raptan a una y me llevan como a Sara Montiel en LA DAMA DE BEIRUT, que la tenían a la pobre secuestrá en una trata de blanca. A mí me secuestra esa gente y vamo, no ganan pa tirita de las patás en las espinillas que les endiño. Que yo soy mú buena, pero como me busquen las cosquillas se van a enterá de quién es Antonia la Pandereta, famosa en el barrio por fabricá pandereta con los pellejo de los que han tratao de propasarse conmigo. Despellejaíto los mandaba yo pa sus casas, de las tarascás que mis uñas les ha propinao. No sé cómo tienen ganas de mirarme a la cara.
    Una noche, cuando ya estaban cerrando las tiendas, me voy a la parada del autobús y veo que había un puesto de castañas asás, cruso, y le pido a la mujé un cartuchito y regreso a mi parada. De pronto se me acersa un tío y sin percartase de que yo llevaba un cartucho de castañas me dice: “Muñeca, me permite invitarla a unas castañas?” Ay lo que me entró, se me pusieron las venas del cuello que ni la Patiño, y le dije:
    -Vamo a vé: usté me conose a mí pa tomarse la libertá de dirigirme la palabra?
    Y me sigue disiendo: “No, ni falta que me hace, pero creo que hace mucho frío y que unas castañitas estarián mú bien para calentarnos, no le parece?
    No dijo más, él mismo firmó su sentensia con sus propias palabras. Le atraje hasia mí cogiéndole del sinturón del pantalón y por dentro del pantalón le eché los 2 euros de castañas recién salía de la olla. Aquello no era un hombre, aquello parecía un cohete corriendo por la alameda abajo. Y es lo que yo digo: hay mú poca vergüensa, pero que mú poca vergüensa. Es que no pueden dejar tranquila a una pobre mujé indenfensa como yo, que está malita de los nervios con tanto acoso? El día menos pensao van a escribir de mí un disparate, porque no siempre se levanta una con buen pie, y como se me inflamen las narices, al primero que se vuelva a descarrilá conmigo, le meto tal bofetá que le pongo los hocicos como dos salchichone de málaga. Que me conozco y sé que lo haré, la que avisa no es traidora.
    Y vamos a vé, usté qué mira, sí, usté, no se haga el tonto, sí, el que está leyendo esto en su ordenadó ahí tan tranquilo... como no apague el ordenador me salgo y le doy una torta que va a tené que tocá las palmas con las orejas, so feo... que lo apague he dicho, hombre, que lo apagueeeeeeeee!!!

    Málaga, 11 de diciembre de 2007

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