lunes, 11 de octubre de 2010

30 HORAS

Treinta horas sintiéndote en mi piel.
Treinta horas precursoras de una vida.
Tiempo escaso que murió por tu partida
dejando mi latido a flor de piel.

Treinta horas fueron suficientes
para yo ofrecerte entero mi futuro.
Quise darte mis esencias, los más puros
besos dados nunca en una frente.

Treinta horas que me dieron vida y muerte,
que limpiaron mis espejos empañados
y mojaron mi mirada nuevamente.

Treinta horas con proyectos en mi mente
que de pronto convertiste en desencanto.
Estarás en mi adentro eternamente.

Málaga, 1 de marzo de 2006

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